¿Quién como Jesús de Nazaret osó tanto?
Si fuéramos capaces de olvidar un poco nuestra rutina y asomarnos con mirada limpia al Evangelio, descubriríamos la sorpresa que supuso la entrada de Jesús en la vida pública de su país. Para lograr esa mirada ayuda recalcar algunas cosas fundamentales: 1. La vida oculta de Jesús Jesús estrena su vida pública muy tardíamente, a los 30 años. Y lo hace como un desconocido, pues su vida había transcurrido en un pueblecito insignificante como era Nazaret. Allí, transcurrió su vida normal, como un niño más, frecuentando la escuela a partir de los cinco años, hasta los los doce . A esa edad, podía haber emprendido unos estudios mayores, saliendo hacia alguna ciudad importante. Pero no lo hizo y, como otros muchos, hubo de aprender y dedicarse a un oficio, que en su caso fue el de carpintero. Sabemos que, justo cuando tenía 12 años, viajó en una fiesta de Pascua a Jerusalén, perdiéndose en el templo y que sus padres lo encontraron dentro del templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; y todos estaban asombrados por su inteligencia y respuestas (Lc 2,46-47). Volvió a Nazaret y fue creciendo como adolescente; frecuentaba la sinagoga los sábados y allí durante horas aprendía a orar, lo hacían tres veces al día: a la mañana, al mediodía y a la noche, recitando la oración llamada Shema = “Escucha, Israel” y la “Sheone Esre”, una serie de 18 oraciones. Y,así, entre el círculo de la familia, del trabajo y de la sinagoga fue creciendo y llenándose de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él (Lc 2, 39-40). 2. Jesús supera la enseñanza tradicional y oficial La segunda cosa a subrayar , y es la que llama poderosamente la atención, es su manera de aparecer en la vida pública. Lo hace con fuerza y sin rodeos: – No creáis que he venido a echar abajo la Ley y los profetas. He venido a darles cumplimiento. Y que se enteren los Letrados y fariseos. Su fidelidad a la ley y mandamientos del Señor es puramente exterior y formal, con ella no se puede entrar en el Reino de Dios. Si lo pensamos un poco, esta actitud de Jesús tuvo que ser tremenda. Un desconocido, un donnadie como él, sin estudios, sin títulos especiales, sin la categoría de cualquiera que hubiera adquirido la ciencia de los Escribas, señala al cuerpo oficial docente, único autorizado a llamarse rabbi y con poder para explicar cualquier doctrina o rito religioso, y le dice que no, que las cosas tal como las explican no se ajustan a la ley, ni expresan correctamente la voluntad de Dios. 3.Jesús iguala a todos ante Dios: a nacionales y extranjeros. Y se lo dice públicamente, con una oferta contrapuesta a la suya. El culmen de esta contraposición, dicen los autores, que tuvo lugar en un momento en que Jesús hizo algo que colmó la paciencia de los gobernantes y decidieron matarle. Este algo tuvo que ver con el Templo. Resulta que Jesús entró un día en el templo y encontró que había un grupo de vendedores de animales y cambistas. Y los echó del templo. Vendedores de animales porque cuando los judíos querían ofrecer a Dios sacrificios, tenían que llevar un animal sin defectos e impureza y entonces estos vendedores les ahorraban el trabajo de buscarlo y les garantizaban la pureza del animal. Cambistas porque cuantos tenían que pagar el impuesto anual del culto, no podían hacerlo con la moneda romana (la única que circulaba en Palestina) sino con otras acuñadas en la ciudad de Tiro. Y los cambistas les facilitaban la adquisición de estas monedas. Conviene subrayar que este comercio estaba tolerado por los sacerdotes, quienes percibían una parte de ganancia y, además, tenía lugar en el atrio exterior del Templo llamado Atrio de los gentiles o de los paganos. Y esto es lo que desató la violencia de un Jesús siempre pacífico y sereno. ¿Por qué? ¿Por querer purificar al Templo de aquellas actividades comerciales? No. “A Jesús, escribe el escriturista Ariel Alvarez, nunca le importó la pureza del Templo, jamás mostró interés alguno por el decoro de la liturgia, ni por el recato de los sacerdotes ni por los ritos que éstos ofrecían. Nunca se preocupó por el culto y su pureza” (Enigmas de la Biblia 7, pg. 69) Entonces, ¿Por qué se enojó tanto Jesús? La contestación nos la da Marcos: “Jesús entró en el Templo y comenzó a echar de allí a los vendedores y compradores; volcó las mesas de los que cambiaban dinero, y los puestos de los vendedores de palomas ; y no permitía que nadie pasara por el Templo llevando cosas. Y se puso a enseñar diciendo: “La escritura dice: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones. Pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones”. Cuando los escribas y sumos sacerdotes se enteraron de lo ocurrido, se propusieron darle muerte, porque tenían miedo al impacto que sus enseñanzas producían en la gente “ (Mc 11, 15-18). Ahí está la clave: Marcos, que escribe para cristianos de origen pagano, quiere decir que “Para Jesús el atrio de los paganos, donde estaban ubicados los vendedores y cambistas, también debía considerarse Templo por respeto a los paganos. Los paganos no podían rezar sino en el Atrio de los Gentiles, no podían pasar a rezar en el Atrio de los Israelitas. Para Jesús, el Atrio de los Gentiles era tan sagrado como donde rezaban los judíos, porque Dios también escucha la oración de los paganos. Por eso, exclama: “Mi casa será llamada Casa de oración para todas las Naciones.Y vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones”. Es decir, que “Paganos y judíos están en un mismo nivel, y las actividades comerciales tampoco están permitidas en el Atrio de los gentiles, pues tan sagrado es el Atrio de los paganos como el de los judíos”. (Idem, pgs. 70-71). En resumen: la oración de los judíos y paganos tiene ante Dios el mismo valor. Tesis ésta revolucionaria, pero inadmisible para los israelitas. Y por eso decidieron matarlo. 3.Jesús viene a cumpli, enmendar y superar Jesús sabía que cada ser humano tiene conciencia de lo que es y de la ley que lleva dentro y le dicta lo que es bueno o malo. Pero esa ley, con ser individual, es también histórica y comunitaria y va adquiriendo en cada grupo y momento una formulación concreta, nunca definitiva. Esto quiere decir, que la capacidad de discernir y hacer el bien está siempre en nosotros como algo ingénito, pero con el desafío de buscar la manera de desarrollarla concorde con nuestro ser. Y en esa búsqueda, nuestro yo no avanza solo sino que depende de los demás y de la herencia histórica que recibimos constantemente. En las tres lecturas de hoy, tanto el Eclesiastés, como San Pablo, como el mismo Jesús nos transmiten una experiencia y una sabiduría, unas reflexiones que siendo de una misma raíz humana se enriquecen unas a otras sin llegar nunca a un final definitivo. El eclesiastés dice: si quieres puedes guardar los mandamientos de Dios, está en tu mano elegir y decidir. Y San Pablo afirma que hay una sabiduría divina , escondida , que se nos ha dado por el Espíritu, que todo lo penetra. Y Jesús, sintiéndose inserto en esa gran Tradición de la sabiduría humana, participada por su pueblo, entiende y se siente con autoridad para criticarla, renovarla y perfeccionarla. En este sentido, vale la pena entrar en el comentario de algunos de los puntos que El nos ofrece hoy y captar los criterios que deben acompañar nuestra búsqueda. Primero: En nuestra tradición religiosa hay una gran verdad, que no podemos borrar, pero no siempre las interpretaciones que se nos han dado por los que se consideran custodios y guías de esa verdad, han sido buenas y, por tanto, admisibles. Por ejemplo: Se enseñó a los antiguos: NO MATARAS. Pero yo os digo: no basta con no matar. Hay que respetar la vida del prójimo sin herirla con el odio, el insulto,la calumnia, la soberbia. Y se engaña quien crea que, con todo eso encima, puede exigir que le respeten a él, que no lo juzguen ni condenen las instancias éticas de la sociedad. Y , por supuesto, a nadie se le puede ocurrir acercarse a hacer una ofrenda a Dios con el odio, la envidia o la soberbia en su corazón. Tal ofrenda sería falsa y sería detestada por Dios. Nuestras relaciones serán buenas con Dios, en la medida en que lo sean con el prójimo. Nadie puede reconciliarse con Dios, si antes no se reconcilia con el prójimo. Voy, pues, más allá de la ley del simple no matar. Segundo: No basta con seguir la enseñanza antigua que nos manda: – No cometerás adulterio, – Puedes repudiar a tu mujer y pedir acta de divorcio, – Yo cumplo mi palabra jurándolo por Dios. NO. Sin llegar adultera,r puedes hacer algo parecido deseando a la mujer del prójimo, puedes repudiar a tu mujer inmotivada e injustamente, puedes jurar en falso recurriendo a Dios y manchando su nombre. No vengo a suprimir nada ni a inventar nuevos mandamientos, sino a cumplir lo que somos y nos corresponde. Dios quiere que seamos nosotros mismos. Y no que lo disfracemos con falsas y retorcidas doctrinas. Tercero. Y, como estamos hablando de temas enseñados públicamente y legislados, denuncio a cuantos expertos y sabios en los mandamientos sagrados, se limitan a vivirlos sólo externa y aparentemente y a exigirlos severamente, a la letra, matando el espíritu que requiere apertura, comprensión, sinceridad, coherencia, transparencia. “Ninguno de los príncipes de este mundo, comenta San Pablo, nos ha dicho el apóstol Pablo, conocen esta sabiduría que Dios nos revela por su Espíritu” ( 1Cor 2,12).. Cuarto: Toda ley es un medio en el que se expresa y plasma el respeto y fidelidad a lo que somos, con nosotros mismos y con los demás.Pero esta expresión es evolutiva y perfeccionable,porque nuestro conocimiento nunca es último, progresa y determina mejor la naturaleza y propiedad de lo que somos y requiere adaptación permanente.
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Me parece muy positivo el interés creciente por el mundo de los sentimientos porque, solo favoreciendo una relación consciente y ajustada con ellos, es posible la integración de la persona. Por el contrario, lejos de ellos –encerrados en el hemisferio izquierdo–, nos encontramos a distancia de nosotros mismos y de la vida, y confundidos con ellos –reducidos al hemisferio derecho–, caemos en la inconsciencia, el autoengaño y el sufrimiento crónico e inútil.
En el primer caso, somos víctimas de la rigidez; en el segundo, del caos. Y como bien explica el psiquiatra y neurocientífico Daniel Siegel, la armonía psicológica discurre como “un río de integración entre las orillas del caos y de la rigidez” [1]. Afortunadamente, la “educación emocional” va adquiriendo un relieve cada vez mayor en los distintos actores que trabajan en el mundo de la educación. Empieza a ser un lugar común afirmar que el cuidado exclusivo o preponderante de la llamada “inteligencia operativa” no garantiza la salud psicológica de la persona. Es necesaria una atención expresa y operativa al mundo de los sentimientos y emociones si queremos que niños y jóvenes crezcan en unificación psicológica: serenidad, autonomía, benevolencia, alegría, amor, solidaridad… En estas entregas, intentaré plantear un “marco” de referencias que permitan clarificar el lugar de los sentimientos en el conjunto de nuestra persona, y orientarnos en nuestro hacer con ellos. Sensación, sentimiento, emoción Para empezar, una constatación elemental: estamos sintiendo constantemente…, aunque no nos enteremos, no seamos capaces de nombrar lo que sentimos, o nos hallemos “encerrados” en los vericuetos de nuestra mente. Incluso totalmente alejados de ellas, lo cierto es que somos seres habitados de sensaciones incesantes; y no puede ser de otro modo, porque vivir es sentir. Entendemos por sensación todo mensaje corporal: desde el contacto de los pies con el suelo hasta la percepción de la temperatura que hace en este momento en nuestra habitación; desde el calor de las manos que se entrecruzan hasta el dolor de muelas que no logramos calmar. Somos, permanentemente, un mar de sensaciones inagotables. Pero solemos vivirnos tan distantes de ellas, sobre todo de las más tenues y profundas, que no es extraño que, ante la pregunta: ¿qué estás sintiendo?, muchas personas no sepan qué responder. Algunas de esas sensaciones corporales conllevan una alteración anímica, afectan a nuestro estado de ánimo, es decir, tienen un contenido psicológico: son los sentimientos. Por lo que, aunque todo sentimiento es una sensación –un mensaje corporal–, no toda sensación es sentimiento. Cuando, finalmente, algunos sentimientos aparecen “cargados” con una intensidad especial, hablamos de emociones. La emoción denota un “plus” añadido, que toma a toda la persona, y que solo puede evacuarse a través del propio cuerpo –no olvidemos que la emoción es también una sensación corporal–, en forma de llanto, grito, golpe, movimiento… Por eso, una vez evacuada, lo que queda es el sentimiento de base. Vaya por delante dejar claro que no soy admirador de la monja mediática, sor Lucía Caram, ni tampoco estoy de acuerdo con muchas de sus apariciones tanto a nivel de calle como a través de los medios de comunicación social. De la misma manera he de decir que tampoco comulgo con muchas de sus ideas.
Dicho esto, quisiera salir al paso de la polvareda que levantaron sus declaraciones sobre la virginidad de María que realizó en el programa “Chester in love” de Risto Mejide a través de la cadena Cuatro de televisión. Me parece que no es necesario volver a repetir lo que dijo la monja sobre dicho tema porque pienso que es algo conocido por la gran mayoría de personas, pues estas cosas acostumbran a escamparse como la pólvora. En resumen, decía, más o menos, que no le afectaba para nada en cuanto a su fe se refiere el hecho que María y José hubieran vivido una vida de pareja y de matrimonio igual que la viven cualquiera de las parejas o matrimonios de nuestros días; por lo mismo, el sexo habría jugado un papel normal entre ellos, pues éste no solamente no es malo sino positivo y enriquecedor. Sí que me gustaría puntualizar, sin embargo, que el tema es lo suficientemente importante y serio como para que se abordara en un programa más próximo al show que al de una entrevista mínimamente seria. Así las cosas, faltó tiempo para que salieran en tromba contra ella los “guardianes de la moral católica” encabezados por el obispo de Vic bajo cuya jurisdicción canónica se encuentra dicha monja. Según los acusadores, parece ser que sor Lucía había tirado por tierra con sus palabras, en un plis plas, uno de los dogmas fundamentales de la Iglesia Católica, el hecho que María fue virgen. Cosa que parece ser que no fue así, al menos en su intención no estuvo, según intentó matizar poco tiempo después. Por lo que a mí me toca, solamente he de decir que ¡qué mal si mi fe se fundamentara en los dogmas!; menos mal que no es así ni mucho menos; la verdad que no me quitan el sueño ni me aportan nada por lo que a mi fe se refiere. Ya va siendo hora de que maduremos un poco y que superemos ese tipo de escándalos que son fruto más bien de una cierta pusilanimidad bastante infantil y en muchos casos enfermiza. Y, ¿por qué no decirlo?, debidos también a la falta de formación que nunca se dio a través de la catequesis, entre otros. No obstante, reitero mis respetos a las personas que, por las razones que fuere, no son capaces o no se ven con fuerzas para dar un paso adelante tanto en este tema como en otros relativos a la fe y la religión; nadie tiene el derecho a exigirles más. Después de estos prolegómenos, quiero decir que sor Lucía Caram no iba desencaminada ni mucho menos, más bien todo lo contrario. Ella planteaba la virginidad de María a un nivel que va mucho más allá de lo que pudiera ser una cuestión física o biológica que, al fin y al cabo, aporta bien poco o nada a la hora de entender la grandeza y la importancia de María en relación con Jesús y con el proyecto maravilloso que llevó a cabo. Yo no soy quien para juzgar a nadie; pero me temo que puedan existir hoy día no sé cuántas, pero al menos algunas virginidades, físicas y biológicas por supuesto, bien poco o nada testimoniales ni comprometidas. Decía el teólogo K. Rahner que pudiera darse el caso que a una mujer la inseminaran artificialmente y después diera a luz el hijo gestado a través de una cesárea; dicha mujer hubiera parido y, en cambio, continuaría siendo virgen. ¿Es esto lo que nos preocupa? ¿Con un tipo de virginidad así nos quedamos tranquilos? ¡Venga, por favor!, no nos rasguemos las vestiduras por algo que no da lugar a ello. Preocupémonos por conocer más bien el mensaje tan revolucionario de esta mujer en contra de los “poderosos y de los ricos, y a favor de los pobres y desheredados”. Hay que ser muy vírgenes de mente y de corazón para decir, en unos tiempos como aquellos, algo tan claro y tan nítido. ¡De verdad: todo lo demás me sobra! Es muy probable que esta idea de vivir sin preocupaciones por el mañana, surgiera en la primera comunidad como consecuencia de una convicción de la inmediata llegada del fin. Si la parusía iba a llegar hoy, no tenía mucho sentido preocuparse por el mañana. Este ambiente parece que fue generalizado, pero debió durar muy poco, porque Pablo ya decía a una comunidad (2 Tes 3,10) “el que no trabaja, que no coma”.
Lo que nos pide Jesús es un equilibrio entre lo material y lo espiritual, muy difícil de conseguir. Se puede pecar por los dos extremos. Podemos estar volcados sobre lo material buscando solo asegurar la vida biológica y olvidarnos de que somos mucho más que simple biología. O por otra parte, despreocuparnos completamente de procurar lo que es imprescindible para la vida, que tengo obligación de mantener. No puede pedirnos que nos despreocupemos de las cosas materiales sino que no nos agobiemos por satisfacer esas necesidades. Tenemos obligación de procurar lo necesario para la vida, pero sin poner el objetivo de la existencia en ello. Comer para vivir y no vivir para comer. Es decir, preocuparme por satisfacer las necesidades de mi cuerpo, pero no quedarme simplemente en eso, sino buscar mi plenitud como persona. Debemos tomar conciencia, como Jesús, de que las exigencias de mi verdadero ser están por delante de todas las exigencias biológicas y psicológicas. Mientras no descubra mi verdadero ser y sus exigencias, será inútil que me dedique a hacer programaciones extrañas o a renunciar artificialmente y violentándome, a lo que sigo pensando que es lo más importante para mí. Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. El espectacular desarrollo del cerebro permite al hombre conseguir, con mayor facilidad que los animales, lo necesario para mantener la salud; de este modo, puede emplear tiempo y energías para desarrollar su humanidad. Este crecimiento espiritual es su verdadero objetivo. Si olvida esta posibilidad y se encierra en su animalidad, por mucho placer que pueda proporcionarle, se quedará sin alcanzar su verdadera meta. Una vez que me he acostumbrado a buscar el placer sensorial, cada vez que prive a un sentido o instinto de ese placer, el organismo responderá causando dolor. Superar ese dolor es imprescindible si quiero llegar a una plenitud humana. La única manera de superarlo es tener claro cual es mi verdadero objetivo y descubrir las ventajas de ese esfuerzo que me traerá otra clase de satisfacciones mucho más profundas y humanas. No podéis servir a Dios y al dinero. “Mammona” era el dios dinero. Se trata de un servicio de adoración y sumisión. No está haciendo la comparación de una cosa y Dios, sino la contraposición entre dos dioses. La traducción que mejor reflejaría el texto griego podría ser: no podéis servir al dios Mammon y al verdadero Dios. No quiere decir que usar el dinero sea idolatría. Lo que nos destroza es convertirnos en esclavos del dinero. Servir a Dios no significa machacarse en aras de un ser superior que me exige pleitesía y vasallaje. Así lo entendieron los humanos durante milenios. Se trata de llegar al máximo posible de mi plenitud. Dios no puede querer de mí nada para Él. No se trata de sacrificarse, sino de descubrir que es lo mejor para mí sin caer en la trampa de conformarme con una vida puramente animal, por placentera que sea. Mirad las aves, mirad los lirios. Este lenguaje idílico puede despistarnos. La comparación está hecha desde la idea mítica de un dios, que influye puntualmente en todos los acontecimientos materiales. Hoy sabemos que Dios no nos va a dar de comer. No somos lirios. Tenemos obligación de “ocuparnos” de las necesidades que nuestra biología exige. No somos pájaros. Tenemos la obligación de buscarnos el sustento. Hoy podemos darle un nuevo sentido al texto tomando conciencia de que la tierra produce alimento para todos. Si la comida no llega a todos, o es porque no se busca con ahínco o es porque alguno la acapara. En el caso del hombre tiene además la inteligencia necesaria para producirla, aunque también tiene el egoísmo de no dejar que llegue a los demás; o de no hacer lo necesario para que llegue a todos. Con frecuencia se ha predicado una engañosa confianza en Dios, esperando de Él todo lo que necesitamos aún en los aspectos más peregrinos. De muchos santos se ha alabado esta confianza en Dios. Incluso se ha sugerido que esa era la auténtica confianza. El dejar en manos de Dios el satisfacer mis necesidades biológicas es una falta de responsabilidad, y si en alguna ocasión se ha interpretado que Dios accedía a esas necesidades, no es más que una mala interpretación de los acontecimientos. No estéis agobiados pensando qué vais a comer o qué vais a vestir. Cinco veces se repite la palabra “agobio” en el texto. La importancia de este mensaje estriba en que, entre todas las necesidades biológicas, las más perentorias para un ser humano son la comida y el vestido. Si las necesidades urgentes no nos tienen que preocupar en exceso, mucho menos todas las restantes que no llegan a tener esa urgencia. Buscar primero el Reino de Dios. El Reino no es nada externo que viene de fuera, ni nada que afecte a mi aspecto biológico. El Reino es Dios mismo como fundamento inquebrantable de mi ser. Todo lo demás no afecta a lo que realmente soy. Lo consiga o no lo consiga, mi verdadero yo no quedará afectado para nada. Aunque me falte la comida hasta morir de hambre, puedo seguir en mi plenitud de humanidad. A cada día le basta su afán. Vivir el presente es la única manera de escapar a las tenazas del ego, siempre intentando hacernos ver que si no lo potenciamos quedaremos sin consistencia. Todos los agobios proceden del falso yo, que pretende acaparar la atención y no deja espacio para descubrir lo que somos realmente. Dios ni es providente ni es tapa-agujeros. Dios está en todos, dejando a todos, ser. Dios no tiene posibilidad de hacer y deshacer el mundo material. Este mundo tiene sus propias leyes que unas veces son favorables y otras desfavorables para nuestra biología. Tenemos inteligencia para aprovecharnos de las favorables y para prever y defendernos de las desfavorables. Lo que tendríamos que lograr es una responsabilidad global para que todos pudieran comer y vestir para poder vivir. Meditación-contemplación Somos mucho más que lirios o gorriones. Ellos colman su existencia desplegando su biología. En nosotros la biología es necesaria, pero no es lo importante. Si eres un ser humano, tu plenitud estará en lo humano. Tienes que ocuparte y preocuparte de tu biología, pero debes ir más allá de un perfecto estado biológico. Lo espiritual sería imposible sin lo biológico. Lo biológico cobra pleno sentido si se ordena a lo espiritual. Después de exponer la diferencia entre la actitud cristiana y la actitud legalista de los escribas (los dos domingos anteriores), el Sermón del Monte pasa a indicar la diferencia entre el cristiano y el fariseo con respecto a las obras de piedad (oración, limosna y ayuno). La liturgia ha omitido esta parte. Y también omite el comienzo de la tercera sección del discurso, donde se trata la diferencia entre el cristiano y el pagano con respecto a los bienes materiales.
La doble experiencia de que Jesús fue traicionado por dinero (Mt 26,14-16) y de que «la seducción de la riqueza ahoga la palabra de Dios y queda sin fruto» (Mt 13,22) hace que el primer evangelio trate con gran energía el tema de los bienes materiales, aunque sus expresiones resultan a veces demasiado concisas e incluso oscuras. Siguiendo el hilo del discurso encontramos los siguientes temas: una exhortación inicial a poner el corazón en Dios, no en el dinero (Mt 6,19-21); una segunda exhortación a la generosidad (6,22-23); imposibilidad de compaginar el culto a Dios con el culto al dinero (6,24); exhortación a no agobiarse y a tener fe en la providencia (6,25-34). La liturgia de este domingo se limita a los dos temas finales. La gran alternativa «Nadie puede estar al servicio de dos amos… No podéis servir a Dios y al dinero». «No tendrás otros dioses frente a mí», ordena el primer mandamiento. «No podéis servir a Yahvé y a Baal», dice el profeta Elías a los israelitas en el monte Carmelo. La formulación tan parecida del evangelio demuestra que las palabras de Jesús se insertan en la línea de la lucha contra la idolatría. Al principio, los israelitas pensaban que los únicos rivales de Dios eran los dioses de los pueblos vecinos (Baal, Astarté, Marduk, etc.). Los profetas les hicieron caer en la cuenta de que los rivales de Dios pueden darse en cualquier terreno, incluido el económico. Para Jesús, la riqueza puede convertirse en un dios al que damos culto y nos hace caer en la idolatría. Naturalmente, ninguno de nosotros va a un banco o una caja de ahorros a rezarle al dios del dinero, ni hace novenas a los banqueros. Pero podemos estar cayendo en la idolatría del dinero. Según la Biblia, al dinero se le da culto de tres formas: 1) Mediante la injusticia directa (robo, fraude, asesinato). El dinero se convierte en el bien absoluto, un dios por encima de Dios, del prójimo, y de uno mismo. 2) Mediante la injusticia indirecta, el egoísmo, que no daña directamente al prójimo, pero hace que nos despreocupemos de él (recordar la parábola del rico y Lázaro: Lc 16,19-31). 3) Mediante el agobio por los bienes de este mundo, que nos hace perder la fe en la Providencia. A este tema, fundamental para la mayoría de los cristianos, dedica san Mateo el apartado más extenso de esta sección del discurso. Del agobio a la fe en la Providencia Seis veces aparece en este breve párrafo el verbo «agobiarse». No habla Jesús de cualquier tipo de agobio, sino del provocado por las necesidades materiales de la comida y el vestido. En ambos casos hace referencia a imágenes cotidianas (Dios alimenta a los pájaros y viste espléndidamente a los lirios) para infundir fe en la Providencia. Pero en medio y al final incluye unas reflexiones más bien irónicas: «por más que te agobies no vas a vivir un año más», y «no te agobies, que ya se encargará la vida de agobiarte». Algunos consideran este pasaje es el más utópico y alienante del evangelio, contrario a toda experiencia y al sentido común. Pero hay que ponerse en el punto de vista de Jesús, que se mueve en dos coordenadas muy distintas a las nuestras: una profunda fe en Dios y un despego absoluto con respecto a los bienes de este mundo. Al ponernos como modelos a los pájaros y a los lirios nos está hablando de seres que simplemente subsisten, no acumulan casas, fincas, joyas, tesoros. Para Jesús, basta con subsistir, con tener «el pan nuestro de cada día». Y está convencido de que Dios lo dará. (Los pobres, o las personas que han pasado en algunos momentos de su vida grandes necesidades, entienden esto mucho mejor que los que se limitan a discutir el problema). Por otra parte, este texto sobre la Providencia se puede entender muy bien aplicando la teoría marxista de los objetivos a corto y largo plazo. Según el marxismo, el objetivo importante es a largo plazo (la dictadura del proletariado); los objetivos a corto plazo (reivindicaciones salariales, aumento del nivel de vida, etc.) pueden convertirse en una trampa para la clase obrera, que terminaría aburguesada y le haría renunciar al objetivo primordial. Jesús, con una perspectiva humana y religiosa, adopta la misma postura. Lo importante es «el reino de Dios y su justicia», esa sociedad perfecta que debemos anticipar los cristianos en la medida de lo posible. Dentro de ella no tienen cabida las desigualdades hirientes ni la injusticia, el que hermanos nuestros mueran de hambre o pasen terribles necesidades mientras a otros nos sobran cantidad de bienes. Pero, si nos preocupamos sólo de la comida y del vestido, de las necesidades primarias, renunciaremos a buscar el Reinado de Dios. En cambio, si nos esforzamos ante todo por el Reinado de Dios, «todo eso (la comida, el vestido) se os dará por añadidura». Para evitar una concepción alienante de la Providencia es útil recordar cómo la entendió la Iglesia primitiva: En resumen, todo el mensaje de Jesús se sintetiza en dos principios básicos: a) el valor relativo de los bienes terrenos en comparación con el valor supremo de Dios y de su reinado; b) el valor absoluto de la persona necesitada, que exige de nosotros una postura de generosidad. El evangelio, para inculcar la fe en la Providencia habla de Dios como un padre que se preocupa de sus criaturas. La brevísima primera lectura usa una imagen más expresiva aún: Dios como madre, incapaz de olvidarse del hijo de sus entrañas. Mira que el Señor lo dijo claro: “no andéis agobiados”; pero nada… caemos una y otra vez en las mismas dinámicas (hacer y hacer), en los mismos miedos (la muerte y la enfermedad siempre están al acecho), en las mismas angustias (¿qué pasará mañana?), como si el bien-estar dependiera únicamente de nosotros, y nuestra vida y la de los otros también. Sin embargo, ¿quién de vosotros a fuerza de agobiarse podrá añadir una hora al tiempo de su vida? (v.27).
Lo cierto es que no son meras fantasías. Basta con echar una mirada al mundo para ver que hay motivos para preocuparse. Porque por mucho que se nos diga, parece que no siempre se cumple eso de que “Dios proveerá” y hay que esperar al final de los tiempos para que todo salga bien. Personas con nombre y apellido que no tienen alimento, otros tantos que se quedan sin trabajo, millones de desplazados… La lista de desgracias humanas es interminable. ¿Qué significa entonces que Dios provee, es decir, que nos da lo necesario para la subsistencia? Que Él es nuestro mejor apoyo. Que nunca nos va a abandonar; siempre está con nosotros. Y despreciar una ayuda así sería de locos. En los momentos difíciles lo más valioso son las personas que saben acompañar sin molestar. El Señor pertenece a ese grupo de fieles inasequibles al desaliento. Tener a Dios de nuestra parte nos da un empuje infinito. Que nos indica el camino de la comunión, donde nadie se queda fuera y todos participan de las riquezas del mundo. En su plan todos están invitados al banquete donde se alienta el compartir que genera abundancia (lo que sucedió en la multiplicación de los panes y los peces fue incontestable). La injusticia es absolutamente contraria a Dios. Que debemos invertir el tiempo en bienes que no tengan fecha de caducidad, en cosas que realmente merezcan la pena. Las que llevan la marca de la eternidad, las del reino de Dios (porque dejan huella, y tarde o temprano fructificarán). En el fondo se trata de tener bien ordenadas las prioridades. Lo dice claramente el Señor al final del texto: Buscad el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura (v. 33). Es decir, que solo hay un Absoluto que debe unificar nuestro deseo, por el que debemos estar dispuestos a todo. ¡Qué descanso saber que Dios, a su modo, se ocupa del resto! El hecho de esta celbración, tiene específico e importante signidicado y da para que lo valoremos y vivamos en sí mismo sin mezclarlo con la Misa, que requiere otro espacio y tratamiento.
Saludo y acogida Hay algo que nos distingue a los cristianos –creyentes en Jesús de Nazaret- de los que no creen: la esperanza en la resurrección. No es lo mismo creer que la vida termina con la muerte y acaba en la nada, que creer que continúa y alcanza la plenitud en su encuentro con Dios Padre, Señor de la Vida y de la muerte. Nos reunimos para compartir y afianzar esta nuestra fe. Lo hacemos en un mundo multiformemente descreído, de espaldas al parecer a todo lo que no sea disfrute del mundo presente, sin negarles por ello autenticidad y calidad de vida. Nosotros podemos compartir con ellos su calidad de vida, sus nobles propósitos por mejorarla, pero aportamos algo nuevo, que es señal de nuestra identidad cristiana: la esperanza en la resurrección. Y lo hacemos en memoria de …… creyente al igual que nosotros. Y lo hacemos por dos motivos: para celebrar su encuentro gozoso y definitivo con Dios Amor y por sentirnos agradecidos por el ejemplo, coherencia y fidelidad de su larga vida. Gozo, pues, estímulo, compromiso y esperanza, son los sentimientos que nos mueven a estar juntos en esta celebración. Lecturas que alumbran y fortalecen nuestra esperanza Del moralista Bernhard Háring Cuando un casquillo de granada me hirió en la cabeza, pensé: “Ha llegado el momento: el Señor me llama”. Pero no llegué a morir. A partir de entonces, me familiaricé con la idea de la muerte y muchas de las cosas que nos molestan perdieron importancia. Ante la muerte todo adquiere un significado distinto. …” Cuando alguien me pide que hable de la muerte, yo digo que me la imagino como la fiesta más grande a que jamás me hayan invitado. Para mí, y para todo creyente, representa la alegría del encuentro con el Señor de la vida”. Del obispo Pedro Casaldáliga “¿Por dónde iréis al cielo, si por la tierra no vais? Morir siempre es vencer desde que un día, alguien murió por todos, como todos, matado, como muchos… Procura que la Gracia y la Ternura llenen de vino nuevo… tu ánfora de barro. Ama a todos los hijos de los hombres. Si no tuviera fe para negar la muerte, quizá yo no tendría coraje de nombrarla. Quizá yo no sería capaz de estos caminos, si no estuviera Dios , como una aurora, rompiendo la niebla y el cansancio. El amor no es bueno por ser mandamiento mas por ser amor”. Del teólogo Leonardo Boff Los sabios a fuerza de vivir y de aprender las lecciones de la vida, acaban por superar todos los miedos. Especialmente el miedo a la muerte. Superar el complejo más difícil de integrar, según Freud, que es el complejo de la muerte. Porque los sabios ven a la muerte como parte de la vida. Se dan cuenta que la vida es mortal, que vamos muriendo despacio, lentamente, a prestaciones, desde el primer momento hasta acabar de morir. Al integrar a la muerte en la vida , superan la muerte. Ingresan en el reino de la plena libertad. Morir es entonces solamente un cerrar los ojos para ver mejor, para ver los espacios infinitos del mundo y los secretos más escondidos de la vida. Los que en su vida profundizan en el sentido del amor a Dios, empiezan a experimentar la inmortalidad y las bienaventuranzas que ese amor confiera a la vida. Vivir es esperar esperando ´para pasar a mejor vida” como dicen las gentes de los pueblos. Morir entonces no es morir. Es caminar al encuentro de la Fuente para beber de la vida eterna. Es entrar en “un alegre amanecer”. Morir, entonces, es vivir más y mejor”. Principio del formulario Del apóstol San Pablo ( I Cor 15,1-21) Hermanos: “Os transmití que Cristo fue sepultado y que resucitó al tercer día. Y que todos los que han gozado de su aparición y yo mismo, el último, os hemos predicado que Cristo ha resucitado de entre los muertos. ¿Y cómo pues andan algunos diciendo que Cristo no resucitó? Si Cristo no resucitó, vacía es nuestra fe. Si solo para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de los hombres. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que murieron”. Del evangelista Lucas (24, 1-12) Muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando aromas que habían preparado. Llegaron y entraron pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Y no sabían que pensar de eso. Entonces se les presentan dos hombres resplandecientes que les dicen: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. María Magdalena, Juana y María la de Santiago, regresando del sepulcro comenzaron a contar todas estas cosas a los apóstoles y a todos los demás. Sus palabras les parecían desatinos y no las creían. Sin embargo, Pedro voló hacia el sepulcro, se inclinó, vió sólo las vendas y se volvió asombrado por lo sucedido”. Comentario – Explicación Hermanos y amigos, queridos todos. No por el azar nos encontramos hoy aquí. Ha habido caminos previos hasta llegar aquí: caminos de encuentro y amistad, en los que nos hemos conocido, tratado y ayudado. Creo que han sido momentos gratos, inolvidables, donde se estrechaban lazos de nuestro mutuo querer. Es lo que de una manera más o menos intensa tejimos algunos con ….. Se nos convoca a esta celebración para considerar y valorar su fallecimiento a la luz de nuestra fe cristina. Me gustaría compartir con vosotros algunas cosas. En primer lugar, constatar y felicitarnos por los que, aún sin ser parientes de….. han sabido estar junto a ….. como si lo fuera, con mucho amor, sin limitar para nada el cuidado. En segundo lugar, subrayar que, detrás de todo eso, está la huella de Dios, alienta la existencia de quien nos ha hecho, la grandeza misma de Dios, del Dios Amor, nuestro Padre,que nos declara hijos suyos y no siervos. El Padre y yo somos una misma cosa, dice Jesús. Y el amor con que él me ha amado, es con el que yo os he amado.Y os pido que os améis los unos a los otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois discípulos míos. Y, en tercer lugar, proclamar algo que sobrepasa todo lo que nuestra imaginación pueda soñar: que la vida de cada uno de nosotros , encuentra en la muerte la puerta que se le abre al cielo, que es Dios, quien nos ha hecho para estar eternamente con El, y gozar cabe él, de toda plenitud de bien, de belleza, de libertad, de amor, de felicidad. Y esto lo sabemos más que por la razón, por la verdad más asombrosa que jamás haya oído la humanidad: que Jesús ha resucitado, que el Nazareno, dado por muerto y fracasado, está vivo, venció a la muerte. Frente al odio y soberbia de los poderosos que lo crucificaron, Dios hizo valer su señorío, rescatando a Jesús de la muerte. No sé si hemos reparado en el impacto que supuso la resurrección de Jesús para los discípulos que le siguieron y convivieron con El. Su final en la cruz, tan violento e inesperado, los dejó desolados. Estaban abatidos y asustados. Pero la noticia dada por María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé, de que el sepultado no estaba en la tumba y de que a varios de ellos se había aparecido vivo y hablado con ellos, los deja aún más trastocados. Un hecho semejante no cabía en la cabeza de un judío. ¡Imposible! Pero, a partir de este hecho, los apóstoles quedan transformados, convencidos de que la verdad asistía al crucificado. Y, sin miedo, salen a proclamar: “Vosotros, jefes de Israel, matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó, nosotros somos testigos”. Pero la cosa no acaba ahí. Jesús añade que lo mismo que El, también nosotros resucitaremos: “Volveré y os tomaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros”. Ciertamente, esta verdad es una de las que constituyen la identidad de nuestra fe cristiana. Admiro a los que, sin fe, luchan por la justicia y la verdad y reivindican el bien y derechos de todos. Hay quienes identifican la vida con la materia, y creen que una vez se acaba la materia, se acaba también la vida. Yo, ni racional, ni científica, ni filosóficamente creo eso. Y lucho como ellos por aproximar cada vez más esta tierra al cielo que nos espera, pero creo y añado algo más: que el Dios Amor nos mostró en Jesús de Nazaret el sentido y la meta última de nuestra vida, certificándolo con el hecho ineludible de su Resurrección. El resucitó y con él resucitaremos nosotros. Esta es la noticia más grande que debemos albergar en nuestro corazón: ”Nunca, de nadie, en ningún lugar, se ha dicho lo que de Jesús de Nazaret: ha resucitado”. Hermanos y amigos: “Vivimos no para morir, sino para resucitar”. La ausencia de…… y de tantos otros seres queridos, nos entristece pero a la vez nos libera de toda pena porque sabemos que ella ha entrado a gozar con Dios de la bienaventuranza plena. Poco más podría añadir a estas palabras. Resucitar es abrigar como un tesoro esta convicción, es ir adelantando con nuestra vida el género de vida que llevaremos junto al Dios Padre, que nos ama y nos espera. Disponemos de una vida: hermosa si la vivimos como Jesús de Nazaret, libre cada vez más de ataduras, miedos y contradicciones; debemos ir construyendo ese hombre nuevo de justicia, de libertad, de ternura, de amor y de solidaridad que nos enseña Jesús; debemos aproximar cada vez más esta tierra al cielo que nos espera; debemos hacer que nuestras obras, en una y otra parte, sean capaces de suscitar la querencia y el encuentro con Dios, que es Dios de todos y de todo. El resucitó y nosotros resucitaremos con El. La muerte vista así, bien puede llamarse como la llamaba San Francisco de Asís “Nuestra hermana la muerte ¡Celebramos la vida, celebramos la resurrección! Esperanza , pues, amor, júbilo, solidaridad y ymucha paz. CREDO de la esperanza cristiana Creemos Que más allá de este mundo y después de la muerte, se cumplen los más antiguos y apremiantes anhelos de la humanidad: la muerte no es lo absolutamente definitivo, el sufrimiento, el infortunio, el dolor, la vejez no es lo definitivo. Creemos Que nuestra búsqueda terminará en una realidad plenamente nueva. Queremos Trabajar por una sociedad e iglesia mejor, -más justas, más libres, más pacíficas – sin olvidar que esta meta nunca la podremos realizar aquí plenamente. Creemos Que esta plenitud de libertad y felicidad es para todos,incluso para los han sufrido y llorado sangrando en el pasado. Habrá muerte para la muerte. Liberación sin una nueva esclavitud. Creemos Que entonces tendrá vigencia directa el reinado de Dios: reino de salvación definitiva, de la justicia cumplida, de la libertad perfecta, de la verdad inequívoca, de la paz universal, del amor infinito, de la alegría desbordante, de la vida eterna. Amén. Así sea. Nuestro orar es comprometerse Señor, Tú nos creaste para seguir a Jesús y vivir como él anunciando tu Reino. 1.En lugar de anunciar ese Reino, muchas veces hemos anunciado el reino del egoísmo, de la prosperidad y del beneficio propio. No hemos compartido nuestros bienes con los que lo necesitan. Todos: Noz rrepentimos Señor y actuaremos con solidaridad. 2.Tu reino se construye optando por la justicia y el amor. Nosotros lo hemos negado pactando a veces con los ricos, facilitándoles la opresión y dominación de muchos hermanos. Todos: Nos duele , Señor, esta complicidad y prometemos enmendarnos. 3.Hemos querido compaginar a veces nuestra apatía, cobardía o indiferencia a este mundo con un desprecio o huida hacia un mundo espiritual ficticio. Queríamos asegurar el cielo olvidándonos de la tierra, casa nuestra y obra tuya. Todos: Lo confesamos, Señor, y trabajaremos por vivir solidariamente con los demás. 4.La resurrección de Jesús alumbró nuestras vidas. Pero esa luz se nos desvaneció no poco y volvimos nuestra vida oscura y triste, por nuestro apego a este mundo.. Y dejamos de ser sal y luz de la tierra. Y dejaron de alabar al Padre. Todos: Lo reconocemos , Señor, y trabajaremos para que nunca se apague en nosotros esa luz. Oración Señor, Tú nos conoces, nos quieres y sabes cuanto padecemos, gozamos y necesitamos . Tú nos quieres vigilantes, activos, solidarios, esperanzados para hacer de este planeta Tierra, un hogar anticipo del que nos espera en el cielo. Es tarea que nos proponemos hacer como Jesús de Nazaret, fieles al anuncio de tu reino. Todos:Amén. Oración del Padre nuestro “Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán má caso. No seáis como ellos que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, proclámese que Tú eres santo, llegue tu reinado, realícese tu designio en la tierra como en el cielo; nuestro pan del mañana dánoslo hoy y perdónanos nuestras deudas que también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes ceder en la prueba, sino líbranos del Malo “ ( Mt 6, 7-18) RECUERDO y TAREA Hacer nuestro el retrato del hombre nuevo El hombre nuevo: 1.Mantiene una actitud crítica y una gratuidad contemplativa 2. Se hace libre frente a los poderes y seducciones. Su libertad es la de los que están dispuestos a morir por el Reino. 3.Vivir en estado de alegría. 4. Su tesoro son los pobres. 5. Su pasión: la justicia y la verdad, la denuncia profética y la revolución diaria. 6. Le guía la fraternidad igualitaria, el ecumenismo, por encima de razas y edades, De sexos y credos. 7. Su objetivo es lograr una sola clase humana, aboliendo las clases sociales. 8. Habla lo que cree. Cree lo que predica. Vive lo que proclama. 9. La esperanza es su estrella, desde el hoy para el mañana, desde la historia hasta la plenitud del Reino. La lucha entre el amor y el poder forma parte de nuestra historia y de cada historia, y ha sido interpretada mayoritariamente desde una perspectiva patriarcal. Esta perspectiva ha estado promoviendo una visión histórica y estructural de desigual distribución de poder entre hombres y mujeres en la que predomina el género masculino en muchos campos de la vida pública y privada.
En este contexto hay que tener en cuenta importantes cambios. En las grandes religiones han surgido movimientos de teologías feministas con el objetivo de reinterpretar el papel de la mujer en la historia, dentro y fuera de cada religión y en sus propios textos sagrados. Por otro lado, las sociedades se han convertido en espacios multiculturales y religiosos, en los que algunos han dejado de ser mayoritarios y donde los minoritarios están apostando por el valor de lo diferente y abren sus ojos a lo enriquecedor de la diversidad. Los desarrollos legislativos, como normas del poder público y democrático, ponen límites y deberes y a la vez generan derechos para todas las personas y colectivos que, a veces, chocan con los intereses particulares y crean conflictos. Estamos en un mundo donde prima la economía y la acumulación de capital frente a una cosmovisión basada en la ecosostenibilidad que tiene especial cuidado por el medio ambiente y el respeto absoluto por todo el ecosistema que nos posibilitará vivir en un espacio sano y respetuoso con la diversidad del medio ambiente, de las especies y de los seres vivos. Ha ido incorporándose en los últimos tiempos, frente a la teoría del desarrollo, la teoría del buen vivir o el sumakkawsay, que propone la incorporación de la naturaleza al interior de la historia, no como un factor o fuerza productiva sino como una parte inherente al ser social. Frente al mercado libre y competitivo de personas y mercancías, se encuentran los seres humanos y su dignidad. La gran crisis de valores humanos y de principios socioeconómicos que estamos viviendo hace que nos balanceemos entre grupos con distintas posiciones que se ubican entre dos polos como los que ahora se expresan: – Aquellos grupos que priman la seguridad frente a la libertad, pretendiendo limitar los derechos humanos y el acceso a los recursos, bienes y servicios estableciendo prejuicios, estereotipos y barreras; pero otros grupos buscan crecer con lo diferente y acoger a la diversidad compartiendo incluso hasta lo necesario. – Algunos grupos buscan crear odio, otros se esfuerzan por vivir con empatía. Especialmente hay que mencionar los asesinatos y discriminaciones que las mujeres (bisexuales o transexuales) hemos sufrido y seguimos sufriendo por el hecho de ser mujeres, así como las demás personas LGTBIQ (lesbianas, gays, transexuales o transgénero, bisexuales, intersexuales o queer) o los colectivos de personas negras e inmigrantes. El renacimiento del poder blanco KuKluxKlan, de grupos neonazis y organizaciones de trata tiene enfrente a grupos que defienden los derechos humanos, los medioambientales y los de las mujeres. – Hay grupos que desean el interés y la riqueza de unas pocas personas, y otros que apuestan por la supervivencia de personas, grupos, familias e incluso continentes. Desde la ecología se ve cómo se ha priorizado la economía frente a la seguridad y a la salud en asuntos como el petróleo, el coltán, la utilización de energías fósiles (carbón, petróleo, gas natural), la generación de energía nuclear, la extracción de gas y petróleo del subsuelo (fracking). También se observa una acumulación de capital que no es solidario con su conciudadanía. El no pago de impuestos imposibilita una buena redistribución de bienes y servicios, sobre todo entre las personas y familias más desfavorecidas. Nos encontramos en el boom de la privatización, del darwinismo social en el que podrá sobrevivir solo la persona fuerte socioeconómicamente. Frente a estos, existen grupos como el 15 M, la Plataforma Antidesahucios, los feminismos y el desarrollo de movimientos de hombres por la igualdad, etc. – Grupos que viven en el consumo excesivo y enfermizo, mientras otros se enraízan en las nociones del decrecimiento, que instan a disminuir la producción económica manteniendo el equilibrio entre las personas y con la naturaleza. El aumento de preocupación por la biología de los ecosistemas, las relaciones de los seres vivos y sus entornos, el medio ambiente y los derechos de los animales que dejen atrás el antropocentrismo moral que valora al ser humano más que a las otras especies animales. – Los hay que priman la presión policial, mientras otros optan por el incremento del presupuesto educativo. Se han incrementado, por parte de algunos, medidas de control y represión en contra de los derechos humanos y civiles, que han propiciado la pérdida de derechos y por tanto de dignidad personal y social; pero existen otros grupos, como la Marea Verde, que ha supuesto una revalorización del sistema educativo y también una apuesta por la educación pública como lugar de encuentro de quienes formamos la sociedad y entendemos que el camino de la paz es la justicia, empezando con una educación inclusiva y respetuosa con la diversidad de las personas y de las familias. – Algunos se esfuerzan por conseguir intereses particulares; otros, por proteger los derechos sociosanitarios y una renta mínima ciudadana. Por un lado, se observa la privatización de los centros sanitarios, la reducción del gasto farmacéutico y de los servicios sanitarios (transporte, camas, etc.); por otro, se trabaja por la distribución de los bienes, servicios y recursos que posibiliten el acceso universal. – Hay quienes niegan derechos jurídicos y socioeconómicos a las personas con necesidades especiales o que son dependientes; pero también quienes se vuelcan en dignificar su vida desde la ayuda mutua, la buena vecindad o la solidaridad y el voluntariado. – Unos no tienen ética y se mueven en la corrupción y en el todo vale; otros pierden oportunidades y beneficios porque su conciencia no se lo permite, y optan por dormir con tranquilidad porque no han perdido la dignidad. – Están los que tienden a homogeneizar y a dar poder a determinadas personas y situaciones; pero también los que valoran y protegen la diversidad y no refuerzan el odio a lo diferente, sino que se dan cuenta de su valor y enriquecimiento, tanto a nivel personal como social. Especialmente quiero mencionar dos cuestiones relacionadas que se han ido reproduciendo a lo largo de la historia: una es la que está en relación con todo lo que conlleva la sexualidad de la mujer, que siempre ha estado negada e invisibilizada; la otra es la historia del colectivo LGTB. Con la implantación del cristianismo se llevó a cabo una persecución a las personas homosexuales, que solían acabar en la hoguera. Con la Edad Media y la Inquisición, a las acusaciones de sodomía se unían, sin diferenciar, las de herejía. Uno de los grupos más atacados fueron los templarios, acusados de entregarse a prácticas homosexuales, pero que en el fondo eran perseguidos por razones políticas. Lo mismo ocurrió con la persecución a las brujas, mujeres librepensadoras que además realizaban prácticas sanadoras con plantas medicinales. Su libertad de acción impedía su control; por ello fueron también un colectivo herético que fue condenado a la hoguera. – Podríamos continuar con muchos grupos; entre ellos, aquellos que consumen productos indiscriminadamente sin ver ni analizar su origen (explotación, esclavitud, riesgos de la salud), frente a otros que proponen el consumo de un comercio justo y ecológico. Los que negocian con las armas (empresas armamentísticas y mercado “negro”), que siguen un itinerario de violencia, empezando por el maltrato animal y continuando por el del resto de especies; y, por otra parte, los que trabajan por un cultura de la paz y la no violencia. Y muchos más. – Finalmente, quiero centrarme en la reivindicación más visibilizada en los últimos años, que es la reconstrucción del poder desde una construcción igualitaria, dejando atrás las estructuras jerárquicas. La teología ecofeminista y el movimiento ecofeminista también promueven un cambio hacia estructuras más humanas y más amorosas con las personas y con la naturaleza, empezando por el cambio de las estructuras verticales de poder propiciadas por el androcentrismo o sistema patriarcal que se han ido reproduciendo a través de la historia. Todo ello nos lleva a situarnos en una crisis que no puede dejar de movernos, interior y exteriormente, ni dejar impasibles, sino todo lo contrario: hacernos reconsiderar nuestras posiciones desde la perspectiva del amor y no del poder. Nuestra conducta personal y colectiva no puede quedar callada ni oculta ante la falta de amor y ante el incremento de luchas por el poder personal y colectivo que nos llevan al desánimo y a veces a la muerte. Una conciencia bien formada es la que escucha, respeta y reflexiona sobre base de las distintas disciplinas científicas, pero también sobre el sentir de las personas, de las familias, de los grupos, de las culturas, de las sociedades. Una conciencia que va a las raíces de su ser y que se basa en el amor no debe odiar ni crear odio, sino todo lo contrario: preparar el camino y facilitar el crecimiento personal y colectivo desde la autodeterminación, desde la propia conciencia. Siguiendo el sumakkawsay (buen vivir), la recreación pasaría por la incorporación de la naturaleza al interior de la historia, no como factor productivo ni como fuerza productiva, sino como parte inherente al ser social desde una perspectiva acogedora e inclusiva de la diversidad. Así, este proceso deberá hacernos pasar por una ética del encuentro. Todo encuentro, cada encuentro, especialmente con lo diferente y con quien sufre la discriminación, el odio, la violencia en todas sus formas (física, psicológica, sexual, verbal, etc), nos ayudará a crecer y a vivir no sólo en crecimiento y desarrollo personal, sino también en la consciencia de la alteridad. Un camino ético espiritual es el que continuamente discierne el paso o pasos a dar, pero no podemos olvidar que el verdadero camino es el del amor, la acogida y el encuentro inclusivo y diverso. Planteamiento del tema
Voy a empezar por fijar bien el tema que vamos a tratar. Son varios los aspectos que conviene y deseo aclarar. 1º. Cuando hablo de una ética planetaria, me refiero a una ética válida para todo el mundo, sin distinción de raza, lengua, sexo o condición social. 2º. Cuando hablo de ética me refiero a unos principios básicos, intrínsecos a todo ser humano, que suponen una misma dignidad en todos y unos derechos inviolables y universales. Esta dignidad y estos derechos fueron proclamados y ratificados en el año 1948, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos con el consenso de todos los pueblos: “Artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. 3º. Cuando hablo de una ética planetaria para un mundo globalizado, quiero decir que la globalidad nos afecta a todos, lo queramos o no, pues nos hace parte de una sociedad abierta universalmente: los espacios cerrados se acabaron, las distintas formas de vivir se entremezclan, numerosas formas de relación social no caen bajo el control de los Estados nacionales ni son determinados por ellos; dimensiones imprescindibles para el desarrollo de la vida (la economía, la cultura, el comercio, el derecho, la política,…) circulan transversalmente entre todos los pueblos. La sociedad global, pues, no va vinculada a un lugar, sino que ensancha su ámbito geográfico ilimitadamente y hace que a todos nos alcance. Hemos pasado del modelo de Estado nacional territorial al de una sociedad global. 4º. Admitida esta situación, la pregunta inevitable es ésta : si en realidad hemos entrado en una sociedad globalizada, donde la convivencia se ha hecho universal, ¿por qué esa convivencia en lugar de mejorar y avanzar hacia un nivel mayor de justicia, solidaridad y paz, evoluciona hacia situaciones de mayor desigualdad, injusticia, hostilidad y guerra? 5º. Este pasar de un modelo de sociedad territorial y nacional a otro global y supranacional, no ha ocurrido al azar sino que se ha producido por unas causas que debemos conocer y puedan explicarnos el por qué en lugar de avanzar hemos retrocedido. ¿Qué ha pasado? ¿Qué nos hemos dejado en el camino para vernos abocados a la preocupante y amarga crisis del presente? 6º. Si la respuesta es que el rumbo global de la economía, en manos de unas élites y corporaciones internacionales, se ha impuesto como poder absoluto, que buscan su bien privado y no el bien común de todos, la pregunta entonces es la siguiente:¿Este nuevo rumbo, que ha generado nuevas e inmensas fuentes de riqueza, pero que ha dado lugar al hecho de una desigualdad creciente entre ricos y pobres, con resultados negativos para unas mayorías sociales, es fatal e irremediable? ¿Si no lo es, qué hacer para corregirlo y regularlo, de manera que sirva al bien de todos y asegure sus derechos? La solución no viene del socorrido hay que reivindicar más cumbres, más organizaciones, más programas para planificar y recabar ayuda y más medios. Riquezas y recursos sobran, existen, se vienen proyectando año tras año, y los resultados en general son nulos o muy escasos. ¿Entonces? Entonces, se hace imprescindible señalar para poder combatirlas, las causas de las injusticias y malestar actual. Si no se acierta con la causa, los planes por muchos que sean, resultarán estériles, daremos palos de ciego, y la frustración irá en aumento. Con lo dicho hasta aquí, creo que hemos encuadrado el tema a tratar. Ahora, serían dos, a mi modo der ver, las cuestiones que nos toca abordar: Primera: Qué es y cómo funciona el modelo de sociedad globalizada, hacia dónde nos lleva, y sobre qué principios de comportamiento pretende moldearnos. En este sentido, me atrevo a adelantar con autores como Max Weber, Zygmund Bauman, otros muchos y el mismo Papa Francisco que esta situación de posmodernidad, como ya se le llama, se ha producido porque todo se ha dirigido a liberar la iniciativa comercial de la densa trama de los deberes éticos , de los vínculos que condicionan la reciprocidad y responsabilidad humana, dando rienda suelta tan sólo al “nexo del dinero”. Segunda: Doy como supuesto que nunca, ninguna sociedad ha funcionado sin un código ético. Tampoco la que ahora analizamos. Tan es así que son muchos los autores que coinciden en que la crisis se debe primero de todo a una pérdida o ausencia de ética. Y entonces suena fuerte la alarma: si no hacemos valer la ética, podemos acabar en catástrofe y fracaso final. Por tanto, ineludible recuperar la ética y con qué principios y proyecto se puede superar la crisis y pacificar esta sociedad global desgarrada y desequilibrada. PRIMERA PARTE Cómo nace y en qué consiste la sociedad globalizada. Para darlo a entender claramenrte, trataré de describirla desde tres perspectivas distintas: La sociopolítica, la sociológica y la colonoimperialista. Perspectiva sociopolítica Esta perspectiva nos aporta la siguiente: Nuestra convivencia actual nos confronta con el hecho de que las instituciones europeas, de las que dependemos, son antidemocráticas y sometidas al poder financiero. Autores como Habermas afirman que la democracia aparece ninguneada y se ha ido frustrando la posibilidad de una democracia europea. En ella los ciudadanos no opinan, no debaten, ni siquiera deciden directa o indirectamente a través de sus representantes. Se ha ejercido más que un austericidio, un democidio. Nuestra crisis democrática se debe, en gran parte, a la impotencia de los Estados y de los Gobiernos, cada vez más sometidos a los poderes económicos. Los Estados Nacionales se muestran impotentes para intervenir y regular el espacio del mercado global. Lógicamente, la ciudadanía se indigna y critica la oligarquización de los partidos, critica a un Estado que no cuenta con los ciudadanos y trata de formular una confrontación: la vieja política, aunque ha obtenido muchos logros, en el momento actual se ha mostrado ineficaz ante la corrupción, se ha desentendido de lo público y ha tolerado la impotencia del Estado. Con lo cual, el consenso normativo queda dañado. En consecuencia, a más corrupción más empobrecimiento, más desigualdad y deterioro de las clases medias, más paro y más empleo precario. Se ha puesto al descubierto una cultura de irresponsabilidad política. Para salir de esta crisis y renovar la democracia, salvaguardar los derechos individuales y ejercer los derechos políticos, los ciudadanos reclaman acabar con la hegemonía neolibral , que somete al Estado al mercado y a los ciudadanos a meros clientes o consumidores. Sin una democracia fuerte no habrá regulación de los mercados. Y para que haya una renovación de la democracia se hace necesaria una nueva política. La actual emergencia del multipartidismo replantea más participación, más competencia y más pluralismo , con el fin de que los partidos encarnen lo que el pueblo espera y asegurando que las políticas transformadoras o alternativas, no son monopolio de nadie, sino más bien obra y tejido de pactos en torno a proyectos transformadores. Perspectiva sociológica Podríamos definirla, con palabras de Zygmunt Bauman, con la metáfora de la liquidez. Según él, esta sociedad globalizada, postmoderna, proviene de una anterior sólida y consistente, encarnada en una serie de lealtades tradicionales, en unos derechos y obligaciones que ataban de pies y manos, que obstaculizaban el movimiento e impedían la iniciativa: “La situación actual, escribe Bauman, emergió de la disolución radical de aquellas amarras acusadas –justa o injustamente- de limitar la libertad individual, de elegir y de actuar” ( Pg. 11).. Pero, esta disolución de una armadura ético social sólida, ha dejado libre el campo para que fuera ocupado por la economía y el dinero. Derretida la sociedad sólida del pasado, la sociedad globalizada quedaba sin pautas ni frenos, sin regulación, adquiría un nuevo significado y se dirigía hacia un nuevo blanco: la modernidad fluida, bajo cuyo influjo desintegrador caían la familia, la clase y el vecindario. Las pautas que regían y amparaban al individuo y sus relaciones sociales, eran reemplazadas con no menor rigidez por las pautas de la economía y del mercado. Sólo que en esta situación, el individuo, desguarnecido de los marcos y pautas tradicionales. se encontraba solo, sin que le fuera dada de antemano la construcción de su labor y de su futuro. Dice Zygmunt Bauman:“En esta sociedad posmoderna, la construcción de pautas y la responsabilidad del fracaso caen primordialmente sobre los hombros del individuo, al cual le toca vivir en una fluidez permanente. ¿Habrá que dar nueva forma a los marcos y pautas del pasado o habrá que disponer para ellos un funeral y sepultura decentes?” (Pgs. 13-14). Perspectiva colonoimperialista Con frecuencia nos traen a la memoria, las ruinas pavorosas de la última guerra mundial. Fue tal el hundimiento y tan inmenso el dolor y frustración, que no tardó en surgir un grito unánime que parecía cerrar una puerta abismal, para que no se abriera nunca más en el futuro. Eso parecía desprenderse de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ratificada por Naciones Unidas en el año 1948: “Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y valor de la persona humana y en la igualdad de hombres y mujeres y se han declarado resueltos a pomover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de libertad, LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS declara: – Artículo 1º-Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Estas palabras son de ayer, de hace 68 años. Y lo que se anunció ante el mundo entero, lo que con lágrimas y esperanza se puso como base de una posterior convivencia fraterna, hoy aparece diluido, olvidado , conculcado en muchas partes de la Tierra. A diario nos sentimos asaltados por la gravedad de conflictos, enemistades, guerras. Aquella luz, aurora de un futuro de justicia, de solidaridad y de paz, se apagó. Y hemos vuelto a revivir tragedias y sufrimientos inimaginables. Ciertamente, hemos producido mucha más riqueza, mucho más conocimiento, mucha más tecnología, mucha más información y comunicación, muchos más adelantos para el transporte, la salud, la educación, el trabajo, nos sentimos menos desconocidos y extraños y, sin embargo, en medio de esa nube de mayor bienestar, las relaciones de unos pueblos con otros se han vuelto más hostiles, más predispuestas al rechazo y aborrecimiento. ¿Qué ha pasado? ¿A qué se debe este lamentable retroceso? Como preámbulo de respuesta, ofrezco un dato de singular importancia, que alumbra la entraña de la crisis. EL DATO Justo al poco tiempo de acabar la guerra, los vencedores como si nada grave hubiera ocurrido, venían a proclamar, lo que sería una clave de comprensión. Decía George Kennan, jefe del grupo del Departamento de Estado de los Estados Unidos en 1945:”Poseemos cerca de la mitad de la riqueza mundial. Nuestra tarea principal consiste en el próximo período en diseñar sistemas de relaciones que nos permitan mantener esta posición de disparidad sin ningún detrimento para nuestros intereses” . Y Albert J. Beverige, uno de los máximos exponentes de la ideología del “Destino manifiesto”, añadía: “El destino nos ha trazado nuestra política; el comercio mundial debe ser y será nuestro. Lo adquiriremos como nuestra madre (Gran Bretaña)nos enseñó. Estableceremos despachos Comerciales en toda la superficie del mundo como centro de distribución de los productos norteamericanos. Cubriremos los océanos con nuestros barcos mercantes. Construiremos una flota a la medida de nuestra grandeza. De nuestros establecimientos comerciales saldrán grandes colonias que desplegarán nuestra bandera y traficarán con nosotros. Nuestras instituciones seguirán a nuestra bandera en alas del comercio. Y el orden americano, la civilización americana, la bandera americana se levantarán en lugares hasta ahora sepultados en la violencia y el oscurantismo”. Y el senador Brown dejó escrito: “Manifiesto la necesidad en que estamos de tomar América Central pero si tenemos necesidad de ello , lo mejor que podemos hacer es obrar como amos, ir a esa tierra como señores”. Y, como sello sangriento que avalan esta política, destaco estas palabras del superconocido y admirado estadounidense Noam Chomsky: “ Cuando en nuestras posesiones, se cuestiona la quinta libertad ( la libertad de saquear y explotar) los EstaDOS Unidos suelen recurrir a la subversión, al terror o a la agresión directa para restaurarla” Hoy, autores de la más diversa índole y valía confirman la incidencia terrible de estos textos. Así: -Ken Loach, el más importante de los cineastas británicos, en entrevista a un periodista que le pregunta: ¿Cómo explicaría la evolución que ha experimentado la sociedad desde que empezó a contarla?, contesta: “En pocas palabras, después de 1945 en casi toda Europa, se extendió un sentir de deber social y solidaridad. Mi país, en concreto había sido devastado por las bombas y la gente entendía que la unidad era vital para combatir el fascismo. Pero, en 1980, llegó Margarita Thatcher y dijo que hay que cuidar de uno mismo e ignorar al vecino; que la competencia es más importante que la colaboración. Y destruyó el Estado del Bienestar, forzando con ello a millones de ciudadanos a vivir en la pobreza. Y desde entonces, la idea del bien común se ha ido destruyendo gradualmente. La gente tiene un sentido del deber moral. Los políticos no. Gran Bretaña es el país que aplica los preceptos del neoliberalismo de forma más agresiva, desde que Thatcher puso en marcha la privatización de la industria y de los servicios públicos. Pero, hoy en día es la Unión Europea en su conjunto la que está impulsando soluciones que favorecen a las grandes corporaciones”. Y Pepe Mugica, expresidente de Paraguay, dijo en Roma hace unas semanas en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares: “El capitalismo inventó una civilización que está invadiendo toda la tierra, pero que no tiene gobierno, tiene un mecanismo impuesto por el mercado. Esta civilización sólo tiene un sello, el mercado. Es el que impone el grueso de las decisiones”. -Y el Papa Francisco en ese mismo encuentro dijo: “Los descartados del sistema, Hombres y mujeres, ratificamos que la causa común y estructural de la crisis socioambiental, es la tiranía del dinero , es decir, el sistema capitalista imperante y una ideología que no respeta la dignidad humana. Una economía centrada en el dios dinero y no en la persona es el terrorismo fundamental contra la humanidad”. SEGUNDA PARTE ¿Es posible un proyecto de ética mundial? Nuestro modo de ser racional, libre y responsable nos lleva a poder vivir fraternalmente y a poder establecer un orden, una organización y unas normas que nos aseguren la realización digna de todos. Nadie es menos que nadie y nadie es más que nadie. Nadie es por naturaleza amo o esclavo, superior o inferior, mayor o menor. El convivir humanamente implica vivir con personas y como personas. Y si no se vive como personas, no hay comunidad. ¿Existe y es posible un proyecto de ética mundial? No sólo es posible sino absolutamente natural con lo que es y demanda el ser humano. Desde que el hombre es hombre ha entendido su existencia como realidad autónoma e interdependiente: siendo singular, único, autónomo, es también apertura, relación y solidaridad. No puede vivir solo para sí, desconociendo y prescindiendo de los demás. No es esa su naturaleza. Ni puede organizar su vida comunitaria bajo el principio de la desigualdad, la exclusión , la injusticia o la discriminación. No es esa su naturaleza. Ni puede organizar las relaciones con otras comunidades políticas bajo el principio de hostilidad, sometimiento o dominación. No es esa su naturaleza. En la actualidad, el principio ético que a todos nos identifica, ha cristalizado sociopolíticamente en una proyección marcadamente negativa. En el caminar de la historia el hombre puede, porque es libre, optar por proyectos y normas morales sin que se les pueda conceder sentimiento y legitimidad. La globalización del mercado es un hecho. En esa globalización todo se ha mercantilizado, todo está sometido a un precio: cada cosa es lo que vale. Y en ese mercado la persona misma se subasta como una mercancía más, resulta objeto de compra-venta: tanto eres cuanto vales, tanto vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto atesoras. En el sistema neoliberal se profesa culto al dinero, al tener, no al ser; se sacrifica sin piedad la dignidad humana y sus derechos inviolables al becerro de oro. Las leyes que lo rigen son el egoísmo y la avaricia, la competencia agresiva, la soberbia, que acaban silenciando si no borrando la regla ética universal: Haz el bien y evita el mal, no quieras para los demás lo que no quieras para ti, trata a los demás como tú deseas que te traten a ti. Este sistema pasa olímpicamente de la ética, ciega la conciencia y desvincula a quien así actúa de la comunidad, de la naturaleza, de Dios. Persigue la apropiación de los bienes creados y producidos hasta la ganancia máxima, sin importarle la exclusión, el despojo y el empobrecimiento de los demás. Podemos dejar claras tres cosas: Primera: el sistema neoliberal está orientado a incrementar la riqueza de los más ricos, en él y por él se hace cada vez mayor el foso entre ricos y pobres: en el 1820, la diferencia entre ricos y pobres era de 3 a 1; en el 1950,de 35 a 1; en 1973, de 44 a 1; en 1992, de 72 a 1. En España, la diferencia también ha crecido, escandalosamente, pues mientras unos 7 millones de españoles no llegan a los 1.000 euros mensuales, 120.0000 españoles cobran 20.000 € al mes. Segunda: este sistema es responsable de la pésima distribución de la riqueza y de numerosos males para la mayoría derivados de ella. Tercera: Este sistema hace imposible la igualdad, la justicia, la libertad, la solidaridad, la paz, la democracia. Todo lo dicho nos sirve para entender que la crisis que nos envuelve tiene aquí su raíz, en el entronizamiento del dios dinero o, lo que es lo mismo, en la mercantilización de la persona, o lo que es lo mismo, en la erradicación de la ética humana, que convierte al hombre en lobo y no en hermano. La crisis actual no es, pues, económica, aunque también, sino ética; no es política, aunque también, sino ética. Un proyecto ético de validez universal ¿Pero, existe un proyecto ético válido de alcance universal? ¿Pueden apoyar dicho proyecto creyentes y no creyentes? El teólogo Hans Kúng lleva décadas impulsando este proyecto: “Por ética mundial entendemos un consenso básico sobre una serie de valores vinculantes, criterios inamovibles y actitudes básicas personales. Sin semejante consenso ético de principio, toda comunidad se ve, tarde o temprano, amenazada por el caos o la dictadura, y los individuos por la angustia” (Idem, p. La conciencia de nuestra planetariedad nos invita hoy colaborar e integrar más que a contraponer y excluir. ¿Por qué los cristianos hemos de aparecer como portadores de una moral que no sea humana o que se construya al margen o en contra de lo humsno? Jesús de Nazaret, -el hijo del hombre, humano por excelencia- asume lo humano y, desde lo humano, hace visible el rostro de Dios. Lo cristiano sería nada sin lo humano y lo humano con la enseñanza y vida del Nazareno cobra plenitud. La dignidad humana, quicio de un proyecto ético universal Sabemos cómo funciona la economía capitalista y sólo desde ella podemos dar explicación de los fenómenos que suceden a nuestro alrededor. Sin el capitalismo no podemos entender ni la desigualdad de unos países con otros, ni el desempleo, ni el deterioro de las condiciones de nuestra vida. 1.Estado de Derecho y capitalismo son incompatibles Por tanto, de lo que se trata es de poner al descubierto el modelo de sociedad por el que pretenden regirnos. Los ciudadanos, acosados por el desempleo, los desahucios, el hambre y otros males, vemos peligrar nuestras condiciones de vida y hasta nuestra propia existencia y hemos puesto en radical cuestionamiento este modelo neoliberal, que ni sirve para organizarnos ni para vivir como sociedad. Lógicamente, el cuestionamiento de este modelo de sociedad va acompañado por la aparición de otro modelo. Al capitalismo le sobran actualmente, en el contexto de la globalización financiera y productiva, los servicios públicos y los derechos laborales. Resistir a este proceso y construir un modelo alternativo es nuestra batalla. Pero, no podemos hacerlo desde respuestas del pasado. A una crisis estructural, la solución tiene que ser también estructural. En realidad, y esta es acaso la conclusión fundamental, un Estado de derecho no puede existir mientras exista el capitalismo, mientras no haya democracia económica. Estado de derecho y capitalismo son incompatibles. Justamente por esta incompatibilidad, la utopía nos hace soñar con un mundo único en que todos nos relacionemos con todo en respeto, colaboración y armonía. Porque los territorios, las lenguas, las razas, las culturas, las religiones, las políticas son relativas, en tanto que la dignidad humana, como categoría de valor, es absoluta en cualquier lugar, tiempo o circunstancia política. Nuestra apuesta es ética, de ética universal, en la que confluye todo lo que es profundamente humano y profundamente liberador. 2.Primero de todo, personas Unos y otros, desde nuestras respectivas perspectivas, no podemos olvidar que, primero de todo, somos personas con una dignidad , valores, derechos y responsabilidades universales y, por tanto, irrenunciables, en cualquier lugar, cultura o país del mundo. Lo prometedor del momento actual es que la conciencia humana ha logrado consolidar ciertos principios y no pocas conquistas morales que no está dispuesta a perder. En muchas partes, esas conquistas no se han hecho realidad, todavía, pero hoy ya las defendemos como innegociables. No podemos olvidar que, primero de todo, somos personas con una dignidad , unos valores, derechos y responsabilidades universales y, por tanto, irrenunciables, en cualquier lugar, cultura o país del mundo. “Hoy tenemos la obligación, escribía Patxi López hace unos días, de enfrentarnos con un proyecto ético sólido y real a todos los dogmas que desde el neoliberalismo se nos están imponiendo como si fueran, no sólo verdades absolutas, sino el único camino en un mundo globalizado. La nación como concepto de sociedad cohesionado por una identidad común, ya no existe” (El Pais, 5-XI-16). 3. La común identidad: la fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad. Las relaciones de unos pueblos con otros han estado inspiradas en el principio de sobrevalorar las diferencias y de menospreciar la común igualdad. Y las diferencias las hemos convertido en bandera de superioridad y dominación. Hoy, la conciencia avanza imparable, persuadidos de que el valor supremo es la vida, que está en cada persona. Jamás hechos o circunstancias accidentales pueden eclipsar lo esencial. Y lo esencial es afirmar que, frente a la realidad pequeña de la patria, del territorio, de la lengua, de la cultura, de la religión, de la política, de los Estados, está la realidad grande, superior a todas las otras, de la persona. Mi patria universal es la dignidad de la persona. Mi lengua universal son los derechos humanos. Mi religión es la que me religa a todo ser humano, me lo hace otro yo y me hace tratarlo como yo quiero que me traten a mí. Mi sangre y mi ADN universales me identifican con la sangre y ADN de todos los humanos, con sus anhelos de justicia, de libertad, de amor y de paz. Mi ciudadanía es planetaria, no disminuida en ninguna parte, y brota de mi ser humano como la de todos los demás. Todos somos personas y , si personas, iguales; y, si iguales, hermanos. Y, si hermanos, ciudadanos del mundo entero. Las razas son relativas. Las religiones son relativas. Las lenguas son relativas. Las patrias son relativas. Las culturas son relativas. Lo absoluto es: el amor a toda persona, el no querer el mal para nadie, el no explotar a nadie, el no humillar a nadie, el no discriminar a nadie, el no engañar a nadie. La fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad, genética que hace intolerable la injusticia, el odio, la indiferencia, el orgullo, la insolidaridad. Uno se hace prójimo de cualquier necesitado cuando tiene compasión de él. Y tiene compasión cuando ve en su cara la cara de un hermano. Hoy el planeta Tierra produce bienes, recursos y medios para todos, pero no todos tienen acceso a ellos, porque el capitalismo los excluye. Se explica perfectamente que esta crisis haya despertado en nosotros un sentimiento básico de rebeldía, de solidaridad universal y haya hecho estallar la indignación. Tal sentimiento no ha hecho sino conectar con lo que en toda cultura es lo más íntimo nuestro: la dignidad humana, “homo homini res sacra” , el hombre es para el hombre cosa sagrada, no se la puede mercantilizar; y también lo de “homo homini frater, non lupus”, el hombre es para el hombre hermano, no lobo. Hemos dado con la clave que nos brinda la solución. Esta crisis no es económica, es ético-humanista, es crisis de la ideología neoliberal. En virtud de esta clave podemos sentenciar: “No soporto la injusticia, no soporto la desigualdad, no soporto la discriminación, no soporto el engaño, no soporto la humillación, no soporto el maltrato, no soporto la soberbia, no soporto la dominación. No los soporto, me rebelo y los rechazo yo. Y lo rechazamos todos, porque todos somos lo mismo, porque maltratar a uno es maltratar a todos, y discriminar, humillar y despreciar a uno es despreciar a todos. La vida del otro, cualquiera que él sea, es como la mía. Y esa clave es condición y presupuesto para toda indignación:-Se me revuelven las entrañas cuando soy tratado injustamente, me hierve la sangre cuando me discriminan, se me agita el corazón cuando me quitan la dignidad. Y cuando a un prójimo, cualquiera que sea, se le trata injustamente, se le discrimina o se le quita su dignidad, también se revuelven mis entrañas, me hierve la sangre y se agita mi corazón. Desafío y posibilidad de una ética universal liberadora 1.Hoy no bastan las soluciones parciales La crisis de que hablamos, es universal y para resolverla hay que contar con una visión y solución que sean universales. Las visiones parciales, propias de otros tiempos, se han mostrado estériles. A superar esa parcialidad apunta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: “La Libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables der la familia humana” (Preámbulo). Esto quiere decir que, en torno a esa dignidad y derechos, no se ha impuesto la “concepción común” que parecía augurarse en la Asamblea de las Naciones Unidas. No se ha impuesto la idea de que esa dignidad y derechos atañen a todos los miembros de la familia humana y no se ha impuesto porque en la política, educación y planes de los diversos pueblos no ha habido acuerdo y compromiso de cumplir un mínimo ético básico que diera lugar a un consenso mínimo básico. Hoy es voz común que hay problemas comunes a todas las naciones, que requieren un nuevo paradigma de visión y de normas, compartido por todos, y ese nuevo paradigma tiene que ser de carácter ético. 2 – Dignidad, valores y normas, que son patrimonio universal de la ética humana. Convencidos de la unidad fundamental de la familia humana, las Naciones Unidas proclamaba en 1948, en el plano jurídico, los Derechos Humanos. Y eso mismo es lo que ha de ratificar desde el ángulo de la ética: el respeto total a la persona humana, el carácter inalienable de la libertad, la igualdad básica de todos los humanos y la interdependencia de todos con todos. NORMA UNIVERSAL PRIMERA: todo ser humano debe recibir un trato humano. El teólogo Hans Küng asienta este principio como primordial en el proyecto de una ética mundial: “Esto significa que todo ser humano, sin distinción de sexo, edad, raza, clase, color de piel, capacidad intelectual o física, lengua, religión, ideas políticas, nacionalidad o extracción social, posee una dignidad inviolable e inalienable. Por esta razón, todos, individuos y Estado, están obligados a respetar esa dignidad y a garantizar eficazmente su tutela. La economía, la política y los medios de comunicación, los centros de investigación y las empresas han de considerar siempre al ser humano sujeto de derecho; la persona debe ser siempre fin, nunca puro medio, nunca objeto de comercialización e industrialización. Nada ni nadie “está más allá del bien y del mal”: ni individuo, ni estrato social, ni grupo de interés por influyente que sea, ni cártel de poder, ni aparato policial, ni ejército, ni Estado. Al contrario: ¡Todo ser humano, dotado de razón y de conciencia, está obligado a actuar de forma realmente humana y no inhumana, a hacer el bien y evitar el mal!” (Reivindicación de una ética mundial, Idem, pp. 34-35). Sólo obrando de esta manera se es verdaderamente humano. Este obrar, queda sancionado como válido universalmente por la Etica, el Derecho y la Religión y queda esculpido en la Regla de oro: “No hagas a los demás lo que no quieras para ti” o “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”. Cuatro principios que derivan de esta norma primera Quiero acabar eumerando cuatro principios que derivan de esta norma primera. 1.Respeta la vida Es natural el principio de “Respetar la vida”: todo ser humano tiene derecho a la vida, a que nadie lo maltrate, lo discrimine, lo depure o extermine; a que los conflictos se resuelvan pacíficamente; a que el fomento de la comunidad humana vaya unido al respeto de la naturaleza y del cosmos, pues tenemos una responsabilidad especial para con la Madre Tierra y el Cosmos, el aire, el agua, el suelo; esa responsabilidad nos lleva a ser abiertos, solidarios, tolerantes, respetuosos con todos. ¡Respeta la vida! 2. Practica la justicia En virtud de este principio, todo ser humano debe practicar la justicia, haciendo un buen uso de los bienes de la Tierra, de no acumularlos insolidaria e incontroladamente, de contribuir al Bien Común; debe crear estructuras económicas que se configuren desde las necesidades y derechos de los más desfavorecidos; crear una economía social y ecológia; entender el poder como servicio a las personas y preferentemente a los más necesitados; asegurar una política basada en el respeto, el razonamiento, la mediación y consideración recíproca; asumir una actitud de moderación y control del insaciable afán del dinero, del prestigio y del consumo. 3. Sé honrado y veraz El mundo nos depara cada día una larga lista de gente que engaña, defrauda y miente, que desinforma, que vende falsificando, somete su ciencia a intereses económicos, pregona el fanatismo, etc. Y cada día, en el seno de todo lugar y cultura, a la conciencia humana le acompaña el imperativo de no mentir, de hablar y de actuar desde la verdad. Ningún ser humano, ninguna institución, ningún Estado y ninguna Iglesia o comunidad religiosa tiene derecho a decir falsedad a los demás. Todo hombre tiene derecho a la verdad y a la veracidad, y tiene el deber de hacer valer la verdad, de buscarla incensantemente, de servirla sin ceder a oportunismos. 4. Ama y respeta a los otros No es posible una convivencia entre iguales sin verdadera humanidad. Dentro del mundo del varón y la mujer, sigue existiendo el patriarcalismo, la explotación de la mujer, el abuso sexual de niños, la prostitución impuesta. Nadie puede degradar a otro ni mantenerlo en una forzada dependencia sexual. La relación hombre-mujer debe regirse por el amor, la comprensión, la confianza, el respeto mutuo, la igualdad. Conclusión: Necesitamos actuar con la libertad, la pobreza y la radicalidad de los profetas. Ofrezco como conclusión el testimonio del obispo Pedro Casaldáliga y el de un religioso “cabalmente” político , que fue Ministro de Asuntos Exteriores en la revolución sandinista y Presidente de la Asamblea General de la ONU en los años 2008-2009, P. Miguel D´Escoto: 1.Pedro Casaldáliga . “Convéncete, Benjamín, me decía en una entrevista, El Primer mundo sólo podrá liberarnos en la medida en que él se libere. Sólo en la medida en que el Primer Mundo deje de ser Primer Mundo podrá ayudar al Tercer Mundo. Para mi, esto es dogma de fe. Si el Primer Mundo no se suicida como Primer Mundo, no puede existir humanamente el Tercer Mundo.Mientras haya un Primer Mundo, habrá privilegio, lujo y marginación. Si vosotros, en el Primer Mundo no resolvéis ser un mundo humano, nosotros no podemos serlo”. . “El liberalismo es, por esencia, pecado. El imperialismo es pecado, porque es desviación, porque es negación de los pueblos. Así como cada persona es una imagen individual de Dios, también cada pueblo y cada cultura es una imagen colectiva de dios. Como personas, como pueblos, como Iglesia, tenemos el deber, no solo el derecho, de defender las culturas, la alteridad cultural, la identidad cultural”. . “ La gran blasfemia de nuestros días, la herejía suprema que acaba siendo siempre idolatría, es la macroidolatría del mercado total”. . “Ceo que el capitalismo es intrínsecamente malo: porque es el egoísmo socialmente institucionalizado, la idolatría pública del lucro, el reconocimiento oficial de la explotación del hombre por el hombre, la esclavitud de los muchos al yugo del interés y la prosperidad de los pocos. Una cosa he entendido claramente por la vida: las derechas son reaccionarias por naturaleza: fanáticamente inmovilistas cuando se trata de salvaguardar el propio tajo , solidariamente interesadas en aquel orden que es el bien… de la minoría de siempre”. .“Los pueblos indígenas tienen sobre sí la sentencia de muerte más inmediata, la muerte más lógica a partir del sistema. Estorban. Sus tierras son cebo de la codicia de los grandes. América, en su disversas naciones, en su entresijo continental, debe reaprender los valores básicos de las culuras indígenas. Es para mí como un dogma de fe: o el indio se salva continentalmente, o no se salva. Es uno el sistema que nos tiene a sometidos a todos. El blanco siempre ha hablado mucho de Dios, pero no ha respetado la voluntad del Dios verdadero, aquel Dios que es el Padre de todas las personas y el Señor único de todos lospueblos, el Dios de la vida y el Dios de la muere. Jesucristo no vino al mundo para que los indios dejasen de ser injdios. El no es un colonizador blanco. El es el Liberador. El indio cristiano que piensa en dejar de ser indio no puede sr un buen cristiano. Quien niega a su pueblo, niega a Dios, creador de todos los pueblos.” 2. Miguel D´Escoto “En el nombre de mi Señor Jesús y en honor al 500 aniversario del célebre y valiente sermón de fray Antonio de Montesinos, pronunciado el 21 de Diciembre del año 1511, en Santo Domingo, hoy capital de nuestra hermana República Dominicana, que influyó en que yo, 450 años después, fura ordenado sacerdote, prometo que, desde este 21 de diciembre en adelante, cada vez que me toque referirme a los Estados Unidos de de Norteamérica diré el terrorista, asesino y genocida imperio estadounidense”. El ecofeminismo es un movimiento que busca una conexión entre explotación y degradación del mundo natural y la subordinación-opresión de las mujeres. Surgió a mediados de los setenta dentro de la segunda oleada de feminismo y del movimiento verde. El ecofeminismo reúne elementos de los movimientos feminista y verde, y al mismo tiempo representa un desafío para los dos.
Del movimiento verde retoma la precaución por el impacto de las actividades humanas sobre el mundo no humano y del feminismo la visión de la humanidad con sexuada, con modos que subordinan, explotan y oprimen a las mujeres. El desafío del ecofeminismo al feminismo radica en su afirmación de que, en la medida en que las sociedades humanas están biológica o socialmente definidas por género, hombres y mujeres mantienen una relación diferente con el mundo natural. La razón ecofeminista para hacerlo es el tema central de este libro. Es un movimiento de género con diferencias en énfasis y particularmente en retórica. Las relaciones entre feminismo y ecología han crecido en importancia en los años recientes. Este libro proporciona una introducción comprensiva al movimiento ecofeminista y a su historia, lo mismo que un extenso análisis de sus principales perspectivas. Mellor analiza las conexiones entre el feminismo y el movimiento verde, y delinea las colaboraciones de los principales participantes, al tiempo que los contextualiza dentro de un amplio rango de debates. Reexamina los textos del feminismo clásico desde un punto de vista ecofeminista y explora las relaciones entre ecofeminismo y otros movimientos ecológicos como la ecología ‘profunda’ y el ecosocialismo. Mellor discute la asociación de la mujer con la biología y la ‘naturaleza’, y sostiene que la relación entre mujer y medio ambiente puede ayudar a entender la relación entre humanidad y mundo natural. En contra de las tendencias hacia un liberalismo económico radical, un capitalismo global y un pluralismo posmoderno, ella sostiene que dentro del feminismo y los movimientos verdes se pueden encontrar las bases de un nuevo movimiento sobre los principios de aquellos. Como un útil y comprometido recuento de las perspectivas feministas sobre ecología, este libro será bien acogido para el público en general que esté interesado por el feminismo y género, sociología y teoría política. |
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